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Anime a los estudiantes a “visualizar” los problemas de matemáticas y otorgue tiempo suficiente para ello mismo.
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Dote de estrategias cognitivas que les faciliten el cálculo mental y el razonamiento visual.
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Adapte los aprendizajes a las capacidades del alumno, sabiendo cuales son los canales básicos de recepción de la información para éste.
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Haga que el estudiante lea problemas en voz alta y escuche con mucha atención. A menudo, las dificultades surgen debido a que una persona discalcúlica no comprende bien los problemas de matemáticas.
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Dé ejemplos e intente relacionar los problemas a situaciones de la vida real.
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Proporcione hojas de trabajo que no tengan amontonamiento visual.
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Los estudiantes discalcúlicos deben invertir tiempo extra en la memorización de hechos matemáticos. La repetición es muy importante. Use ritmo o música para ayudar con la memorización.
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Permita hacer los exámenes de manera personalizada en presencia del maestro.
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No regañe al estudiante ni le tenga lástima. El trato personal debe ser como con cualquiera otro niño.